ILUMINACIÓN

Cuando una planta se cultiva en interior son muchos los factores que hay que controlar, pero el más importante es la luz. La intensidad, calidad y duración de la luz que la planta perciba, será lo que determine el correcto crecimiento y floración de la planta. Se entiende por tanto que al no haber luz proveniente del exterior habrá que emular las diferentes estaciones climatológicas. Gracias a que es la mano del hombre quien controla la luz, se pueden obtener varias cosechas en una misma temporada. Así pues hay diferentes estudios sobre la cantidad de luz que deben recibir la planta:
Brotes: 4000 lux de 20 a 24 horas de luz.
Plántulas: 4000 lux de 15 a 24 horas de luz.
Crecimiento: 20000 lux durante 16 horas de luz.
Floración: 90000 lux durante 12 horas de luz.9​
Aunque de manera muy habitual se suelen seguir estos ciclos de luz:
Durante el crecimiento, 18 horas de luz, 6 de oscuridad.
Durante la floración, 12 horas de luz, 12 horas de oscuridad.
Lo que siempre se recomienda es ir rotando y cambiando de lugar las plantas para que todas reciban a lo largo de su vida la misma cantidad de luz.
Durante los periodos de oscuridad la planta no debe recibir nada de luz, por lo que un truco para observarlas sin que sus ciclos se vean afectados es alumbrarlas con luz verde, ya que este tipo de planta no detecta esta longitud de onda.
Durante muchos años se han utilizado los fluorescentes para el crecimiento de plantas sin sol. Después se utilizaron lámparas de vapor de mercurio, aunque sin grandes mejoras. Desde la aparición de las lámparas de alta presión: las de lámparas de vapor de sodio y las lámparas de halogenuros metálicos, que suelen utilizarse en el alumbrado público (autopistas, parques, estadios, etc. ), las demás se han quedado anticuadas, aunque los fluorescentes se pueden seguir utilizando. (son idóneos para ciertas fases del proceso como el crecimiento)